Mis padres montaron una empresa de papel continuo para impresoras matriciales allá en 1986. Una imprenta en definitiva.
Se llamaba Regor, sl en memoria a mi hermano Roger (regoR al revés).
Regor, sl ya no existe, pero vi que el dominio estaba disponible y me hizo mucha ilusión recuperar el nombre.
Bueno, eso a ti te importa poco o nada.
La cuestión es que a los 20 años me puse a trabajar en la empresa familiar cómo comercial.
Comercial de los de antes. De maleta y polígono.
El primer día mi padre me dijo:
“es muy fácil: aparcas el coche en un polígono y empiezas a visitar las empresas una detrás de otra y pides por el encargado de compras. Todas, absolutamente todas, van a necesitar papel continuo par hacer sus facturas, albaranes, cartas, recibos y listados.”
Y era cierto. Los polígonos industriales eran como un mar lleno de peces para un fabricante de papel impreso.
Pero a mi las ventas no me gustaban, o al menos eso pensaba en ese momento (luego te cuento).
Lo de presentarte en casa de un posible cliente de sorpresa e interrumpir lo que esté haciendo, para intentar vender algo que no ha pedido no iba conmigo.
A mi lo que me hacía tilín era el tema del diseño gráfico de los impresos.
Así que le pedí a mi padre si me podía encagar de eso.
Aceptó a regañadientes.
“Ya cambiarás de idea, las ventas son la vida y la vida son las ventas”
Enseguida me compré mi primer Mac, aprendía a usarlo a toda pastilla y empecé a hacer yo los diseños para Regor sl.
Al poco estaba haciendo diseños para varias imprentas de Barcelona en mis ratos libres.
Y el siguiente paso ya fué ponerme como autónomo y crear
Estudi Roig, sl que es la empresa que me ha dado de comer desde 1995.
Desde entonces he hecho de todo: impresión digital, catálogos, logos, libros, páginas web, ecommerce, campañas de Google Adwords…
A lo que iba…
Con el tiempo me di cuenta que sí que me gustaban las ventas, y mucho!
Pero no las ventas de maletín y polígono.
Es mucho mejor dar visibilidad a tus productos y que los clientes los quieran comprar.
Vender sin vender.
Y a eso es a lo que me dedico ahora, para mi y para mis clientes.
Ya no pateo polígonos, eso ahora es impensable. Apareces en una empresa pidiendo por el encargado de compras para vender cualquier cosa y te miran como a un extraterrestre. Lo se de primera mano, lo probé hace un par de años y fue un desastre.
Los clientes no quieren que les vendan.
Quieren elegir ellos lo que más les conviene y tomar la decisión de comprar.
No decides vender. El cilente es quien decide comprar.
Es lo que hay.
Así que si tienes una empresa local, lo que ahora funciona es:
- Conseguir que te encuentren en Google Maps antes que a tu competencia.
- Tener el producto que están buscando en ese momento, y presentarlo tan bien que no puedan reprimir sus ganas de comprar.
- Rematar la faena con cantidad y calidad de reseñas sinceras de tus clientes hablando de las bondades de tu empresa y de tus productos.
Es así de fácil y así de difícil al mismo tiempo.
Y nosotros podemos ayudarte en eso.
Si crees que esto es para ti, contáctanos y explícanos tu caso. Lo estudiaremos atentamente y te diremos si nos interesa trabajar contigo.
No es que vayamos de sobrados.
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